Capítulo XIX.
Cómo ligar el alma de un mortal a una Cuélebre.

Existen muchos rituales que permiten ligar el alma de un mortal a un ser vivo, lo que permite que queden ligados eternamente y a cambio adquieran diferentes ventajas. No obstante, en el caso de Cuélebre, una raza de serpiente extinta, existen muchas más complicaciones y un paso en falso puede provocar la muerte del conjurador. Se recomienda tratar con cuidado a la cría de Cuélebre pues, incluso si el ritual es exitoso, esta serpiente es extremadamente peligrosa si no se trata como es debido.

La Cuélebre tiene un crecimiento mucho más lento, lo que otorga al conjurador el tiempo necesario para afianzar su contrato y otorgar la veracidad suficiente al reptil para confiar en su compañero (que no amo). Sea como fuere, el conjurador ha de seguir los siguientes pasos con cautela antes de que el huevo eclosione.

Primer paso — Incubación
El huevo ha de permanecer en incubación durante un total de 15 meses (15 días naturales) desde que fue recogido antes de poder proceder con cualquiera de los pasos mencionados. Durante el tiempo estimado, el conjurador ha de hablar con él y abrir su mente. La confianza es clave para atar dos almas. La incubación de la Cuélebre no ha de ser en lugares cálidos, sino en húmedos y oscuros. El único calor que puede conocer el huevo es el de su conjurador.

Segundo paso — Alimentación
Las Cuélebres son criaturas agresivas, pero pueden calmar su sed mediante la sangre de otros animales para evitar otras catástrofes. Una vez cada tres meses (3 días naturales) el conjurador debe sacrificar a un animal (que deberá comprar en la tienda de mascotas) y bañar al huevo con su sangre. Repetir el proceso dos veces después de la primera.

Tercer paso — Absorción lunar
Una vez el huevo ha recibido el último sacrificio, esperar 2 meses más (2 días naturales) y exponerlo a plena Luna Llena durante toda una noche (deberá invocarla mediante Astronomía). Si el proceso resulta exitoso, la cría de Cuélebre nace y el ritual está a punto de terminar.

Cuarto paso — Vinculación
Para unir las dos almas, el conjurador y la Cuélebre deben hacer un pacto de sangre. El conjurador cederá parte de su sangre para alimentar a la cría y, con cuidado, le extraerá parte de la suya a la Cuélebre. Importante: el corte de la Cuélebre ha de ser superficial, de lo contrario existe riesgo de que fallezca.

Quinto paso — Nombramiento
Una vez la sangre ha sido cedida, el conjurador debe darle un nombre a su Cuélebre y cuidar de ella mientras todavía es una cría hasta que crezca y sea la propia Cuélebre quien puede cuidar del conjurador.

Estimado Aren Riley,

Ha llegado a mis oídos que tiene en su posesión una caja demoníaca. Aunque no he podido determinar a qué demonio encierra, llama mi profunda atención el hecho de que todavía no haya conseguido devorar su alma. No pretendo extenderme demasiado con este mensaje, así que iremos al grano.

Mi nombre es Benedita Dourado. Soy la directora de la escuela mágica Castelobruxo y, a parte de impartir clases durante la mayor parte de mi vida, he dedicado muchos años al estudio de la propia demonología y al exorcismo de criaturas como la que usted encierra en esa caja: demonios. Mi intención no es otra que ayudarle, señor Riley, a tomar una decisión. Los demonios, cuando invaden el cuerpo de un humano, solo nos dejan dos caminos: o lo echamos, o lo dominamos. Pero el tiempo, como muchas veces dicen, es oro. Cada segundo cuenta.

Como directora de la institución tengo permiso para invitarle al castillo unos días: no se preocupe, yo me encargaré de hablar con Dippet para organizar lo necesario. Si acepta, prometo solucionar el problema de raíz y ayudarle a lidiar con el problema. Puedo entender perfectamente cualquier inseguridad que esta carta le provoque, así que puede llevar consigo a un compañero si así se sientes más seguro.

Esperaré noticias prontas para determinar el viaje. Muy cordialmente,

Benedita Dourado.